lunes, 11 de marzo de 2013

Estocolmo



Inhálame, abrázame, córtame, destrúyeme,
despedaza tranquila y paciente a Estocolmo;
llévate lejos todos mis pasados escombros
y sin vacilar amontóname con ellos y entiérrame.

Ayúdame, hiéreme, dilúyeme, fórmame,
rasga a dulces mordidas todo mi cosmos;
dibuja con tus ojos todo lo que somos,
aquellos que gritan desesperantes “extráñame”.

Córtame, cúrame, escríbeme, suéñame,
se tierna con tus besos que me curan solos;
seamos esos locos amantes silenciosos
que juegan dolorosos al más duro encuéntrame.

Úsame, maltrátame, fúndeme, ámame,
demos el paso más salvaje de todos,
aquel que nos lleve en desacomodos
a un lugar donde pocos y nadie se dicen “sálvame”. 

-Muspelheim Lord.

viernes, 1 de marzo de 2013

Mi enfermedad, mi medicina.

Pasmados y en coma dejas mis huesos, como un tapón de grasa eres a mi corazón, detienes mis latidos quiera o no, por consumirte tanto, por no saciarme de ti. Como postre, desayuno y cena, en meriendas, entradas, en pequeñas guarniciones, en comidas enteras. No engaño a ningún doctor con esta arritmia en el alma; y sólo abriendo mi cadáver es como se verá que no mentía cuando de entre mis recetas, mencioné que eras la mejor de mis pastillas. Narren.