Confesión sorda

Tengo tanto y nada que decirte,
tanto y nada que entregarte,
tanto como quiera,
tanto como calle.
Sin que mi cuerpo lo pretenda,
lo excreta mi piel como evidencia.
Son ganas, ganas de ser en ti;
un cáncer, una costra, un tejido de sobra,
pero ser en ti.
Ese es mi tanto que existe,
que se presenta aunque no lo dejes vivir.
Y mi nada que de ti no afecta ni alegra.
Parásito de necedad, parte de vida que,
con el abismo de tus ojos, te atreviste a arrancar.


- Narren. 

"Interludio."

Días y días han transcurrido
meses, horas, minutos...
Siento que ahora a ciegas deambulo,
sin duda alguna me encuentro perdido
a la deriva en el ineluctable destino.

No, estoy muerto...

Muerto como el recuerdo de lo que alguna vez fue.
Muerto como el futuro incierto que nos agobia a diario.

No, estoy vivo...

Vivo como la herida que sangra al tocarla con persistencia.
Vivo como la luz solar que tarde o temprano se quiebra en el horizonte.

Si estoy vivo, ¿por qué se siente como si nada tuviera sentido?

Si estoy muerto, ¿por qué aún me atormento con sólo pensar en el tiempo?

                                                                                                 
                                                                                                        ...Niflheim...

Mírate

Ojos abismales, vacíos, ciegos.
Negros como la sombra de cien noches.
Aquellos que fríos se esconden entre las calles muertas,
odiadas de sus habitantes.
Húmedos de culpa, vibrantes de rencor.
Cuya mirada le pesa a cada esquina
y cuya luz no conoce la bienvenida.
Cada vista es oscura, cada ojo está ciego de triste satisfacción,
de ficciones reales de dolor.
Párpados desanimados que cobijan su sentir,
son su única compañía.
Cáscara cálida en que se ocultan,
a quien le contarán lo que nunca dijeron jamás.
Encerrados en su perpetua ansiedad buscan, sin encontrar descanso,
el fin a su guerra ingenua del silencio gastado,
roto por las manos ajenas de un niño afortunado. 

D. Rêveur. / Narren.

"Tocaba."

Te pienso con mucha ansia,
y a veces te pienso con gran repudio.

A veces te necesito en demasía,
en cambio otras no me haces falta.

Te acaricio con delicadeza en ocasiones,
y en otras te toco con vasto temor.

Dejas en mis labios un dulce sabor,
el sabor amargo del remordimiento.

Cuando no te tengo desespero,
y cuando aquí estás me arrepiento.

Tu fragancia se impregna en mi cuerpo,
y a veces tu hedor me vapulea.

Te veo danzando con gran claridad,
como un espectro en el viento suspendido.

Respiro con gusto gran parte de ti,
y a cada suspiro por dentro muero...

                                                                       ...Niflheim...

Estocolmo

Inhálame, abrázame, córtame, destrúyeme,

despedaza tranquila y paciente a Estocolmo;

llévate lejos todos mis pasados escombros

y sin vacilar amontóname con ellos y entiérrame.

Ayúdame, hiéreme, dilúyeme, fórmame,

rasga a dulces mordidas todo mi cosmos;

dibuja con tus ojos todo lo que somos,

aquellos que gritan desesperantes “extráñame”.

Córtame, cúrame, escríbeme, suéñame,

se tierna con tus besos que me curan solos;

seamos esos locos amantes silenciosos

que juegan dolorosos al más duro encuéntrame.

Úsame, maltrátame, fúndeme, ámame,

demos el paso más salvaje de todos,

aquel que nos lleve en desacomodos

a un lugar donde pocos y nadie se dicen “sálvame”. 

-Muspelheim Lord.

Mi enfermedad, mi medicina.

Pasmados y en coma dejas mis huesos, como un tapón de grasa eres a mi corazón, detienes mis latidos quiera o no, por consumirte tanto, por no saciarme de ti. Como postre, desayuno y cena, en meriendas, entradas, en pequeñas guarniciones, en comidas enteras. No engaño a ningún doctor con esta arritmia en el alma; y sólo abriendo mi cadáver es como se verá que no mentía cuando de entre mis recetas, mencioné que eras la mejor de mis pastillas. Narren.

"Nocturna caminata..."

Caminando solo bajo un cielo teñido de tristeza,
el viento frió a mi piel recorre,
a la mente regresan los duros recuerdos;
sin un rumbo fijo sigo el paso,
sólo me lleva hacia el denso mar de pensamientos,
El gris fulgor se desvanece poco a poco.

La percepción del tiempo desaparece,
con la mirada perdida en el horizonte,
suaves y frágiles gotas rozan mi frente,
con cada paso creo acercarme más,
pero con cada paso me alejo más...

La fina lluvia a mi cara está acariciando,
Contemplo cómo la luz ahora muere,
la nostalgia de los recuerdos crece con aquella melodía, 
Aquel áspero aroma despierta mis sentidos,
percibo un susurro en el turbio umbral,
No hay marcha atrás en este momento...
                                                                                                    ...Niflheim...