Jóvenes poetas, consumando con palabras lo que no alcanzan a describir los sentimientos del corazón.
viernes, 1 de marzo de 2013
Mi enfermedad, mi medicina.
Pasmados y en coma dejas mis huesos,
como un tapón de grasa eres a mi corazón,
detienes mis latidos quiera o no,
por consumirte tanto,
por no saciarme de ti.
Como postre, desayuno y cena,
en meriendas, entradas,
en pequeñas guarniciones,
en comidas enteras.
No engaño a ningún doctor
con esta arritmia en el alma;
y sólo abriendo mi cadáver
es como se verá que no mentía
cuando de entre mis recetas,
mencioné que eras la mejor de mis pastillas.
Narren.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario