La noche cierne sobre mí la oscuridad,
deja a mi cuerpo sentir los miedos
salidos de mi tonta debilidad,
borrando todo rastro de claridad.
Pronto el dolor vence,
dispuesto a caer preso
algo hermoso aparece,
colocando un dulce beso.
Un leve resplandor
toma entera mi alma,
abandono el terror
atado a su dulce mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario