Te pienso con mucha ansia,
y a veces te pienso con gran repudio.
A veces te necesito en demasía,
en cambio otras no me haces falta.
Te acaricio con delicadeza en ocasiones,
y en otras te toco con vasto temor.
Dejas en mis labios un dulce sabor,
el sabor amargo del remordimiento.
Cuando no te tengo desespero,
y cuando aquí estás me arrepiento.
Tu fragancia se impregna en mi cuerpo,
y a veces tu hedor me vapulea.
Te veo danzando con gran claridad,
como un espectro en el viento suspendido.
Respiro con gusto gran parte de ti,
y a cada suspiro por dentro muero...
...Niflheim...
